¿ Por qué no me siento feliz ?

 

   La búsqueda de la felicidad es algo común en la mayoría de los seres humanos, queremos sentirnos plenos, llenos, colmados de ella pero..... ser feliz es algo más complicado y depende en gran medida de nuestra particular manera de entender las cosas. Hace poco me encontré con un amigo, que me contaba lo siguiente:

 

Amigo: Tengo una vida tranquila, mi familia está bien, veo que me quieren, están bien de salud y yo también, tengo trabajo, cosa difícil en los tiempos que corren, una casa con hipoteca, ¡cómo no! , pero que puedo ir pagando, buenos amigos, pero…..me siento vacío, como si me faltara algo, nunca estoy satisfecho. Sé que no debería sentirme así, a veces incluso me da miedo por si de tanto quejarme me pasa algo malo de verdad, pero no puedo evitarlo.

 

Olga: ¿ Y desde cuando te pasa esto?.

 

Amigo: Desde hace un tiempo no sé decirte exactamente, puede que incluso desde siempre. Si me paro a pensar, creo que nunca he estado contento con mi vida. Me he ido marcando metas, cosas que tenía que conseguir, por ejemplo recuerdo lo importante que era para mí tener el carnet de conducir, de hecho pensaba que cuando lo consiguiera iba a estar muy contento. ¡ Pues no!, después necesitaba un coche.

 

Olga: ¡ Claro!.

 

Amigo:   Tuve el coche, un cuatro latas viejo, pero andaba, creí que estaría contento,¡ No!, ahora quería uno nuevo…..ves siempre he sido así. Sencillamente no se valorar lo que tengo.

 

Olga: Yo creo que es bueno ponerse metas en la vida, pero sin perder de vista lo que vamos logrando y tenemos delante. Verás, pienso que a veces es una cuestión de” costumbres” y “habilidad”.

 

Amigo: ¿ Costumbre y habilidad?.

 

Olga: Si…es fácil. Nos acostumbramos a exigirnos constantemente: tengo que conseguir una titulación, un buen trabajo, una pareja, una casa, un coche….y siempre estoy haciendo proyectos sobre mi futuro pero me olvido de lo que ya he logrado o tengo todos los días. La habilidad radica precisamente en esto último, en hacer planes de futuro, tener motivaciones, proyectos, deseos de mejora, pero valorando lo poco o lo mucho que vamos consiguiendo día a día.

 

Amigo:¡ ¿ Y cómo se hace esto?!.

 

Olga: La verdad es que cuesta un poco, sobre todo al principio, y por desgracia las exigencias de la sociedad en la que vivimos ayudan poco, pero cuando no tenemos esta “habilidad” o sentimos que la hemos perdido , se consigue con la práctica y al final se convierte en una buena “costumbre”.

 

Para empezar ¿ por qué no te dedicas todos los días un tiempo a ti mismo?. Párate, al menos una vez al día a reflexionar sobre cómo ha ido ese día,- normalmente no lo hacemos estamos tan ocupados que no nos permitimos el lujo ni de pararnos a pensar sobre lo que hemos hecho y claro, al final nos quedamos sólo con aquellos aspectos que no nos ha gustado o que no hemos conseguido- coge un papel, haz dos columnas, en una anota ASPECTOS BUENOS DEL DÍA, en la otra ASPECTOS A MEJORAR, piensa en todo lo buenos que te ha ocurrido ,- no seas muy exigente, normalmente nos olvidamos de cosas como sentarse a ver la tele o hablar con la familia un rato, porque son cosas que podemos hacer la mayoría de los días y han perdido valor, aunque si no las tuviéramos probablemente las echaríamos de menos- y escríbelos en la columna de lo bueno. Haz lo mismo con la de lo que te gustaría mejorar, pero esta vez intenta verlo de forma constructiva, es decir, intentando buscar soluciones realistas , sin fustigarte.

 

Amigo: ¿ y si sólo veo cosas negativas?

 

Olga: Entonces es que no te estás esforzando lo suficiente¡ hombre!….¡ algo bueno tiene que haber, ¿no crees?!.

 

Amigo: Supongo.

 

Olga: La idea es conseguir ver toda nuestra realidad, no sólo lo que nos disgusta. No es justo para nosotros mismos centrarse sólo en lo negativo o en lo que no tenemos, y no fijarnos en aquellos otros aspectos de nuestra vida cotidiana que si hemos logrado o son buenos, pero que la rutina o las “ exigencias del guión” hacen que olvidemos.

 

Valora tus logros del día a día, céntrate en el presente, el pasado nos sirve para aprender pero para nada más y el futuro…bueno no somos adivinos, no sabemos qué puede ocurrir.

 

También es bueno romper con la rutina de vez en cuando, por ejemplo hacer esto que estamos haciendo nosotros, tomar un café con un amigo.

 

Amigo: Creo que voy a hacerte caso, aunque ¿ crees que debería pedir ayuda profesional?

 

Olga:  La labor del psicólogo es ayudarte a ver cual es el problema, por qué te ocurre, y enseñarte mediante ejercicios, adaptados a tu caso, a sentirte mejor. Creo que puede ser una buena opción si ves que por ti mismo no puedes.

De todas formas , decidas lo que decidas, tienes que dejar de hacer lo que hacía “ el gato”.

 

Amigo: ¿ El gato? .

 

Olga: Si, habrás visto alguna vez que a los gatos,- y también a los perros por cierto- les gusta jugar a perseguirse la cola y por más vueltas que dan nunca logran atraparla. Pues resulta que había un gatito pequeño empeñado en eso de atraparse la cola y pasó por su lado un gato grande y viejo, después de observarlo un largo rato le preguntó- ¿ qué haces gatito?- a lo que este le respondió- Estoy intentando atraparme la cola porque si lo hago encontraré la felicidad-, el gato viejo se rió conmovido por la inocencia del pequeño y le dijo-¡Hay, hijo mío!, cuantas veces intenté yo atraparme la cola y por más vueltas que daba nunca lo conseguía, pero un día me di cuenta que cuando andaba mi cola venía detrás- el gatito lo miró asombrado y él gato grande siguió hablando- si querido amiguito, ya tienes la cola solo tienes que andar hacia adelante para darte cuenta de que está ahí-

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Amigo: Entiendo, quieres decir que deje de dar vueltas siempre a lo mismo y de la misma manera y adopte una actitud más activa en eso de cambiar, vamos que deje de quejarme y haga algo

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Olga: Ja, Ja… muy bien, creo que lo has entendido.

 

La verdad es que es difícil estar satisfechos con todas las exigencias que tenemos día tras día, como le decía a mi amigo es una cuestión de COSTUMBRE Y HABILIDAD.