Toda relación de pareja es en sí misma compleja, se trata de dos personas que se encuentran y comienzan un camino en el que cada cual viene acompañado de un equipaje de ideas, gustos, vivencias y experiencias diferentes que tienen que intentar complementar, combinar o adaptar. La manera en la que consigan gestionar este equipaje y crear otro en común es lo que va a determinar el éxito o fracaso de la relación.

 

   La pareja pasa por distintas etapas a lo largo de su trayectoria, al principio solemos tener una percepción positiva, estamos llenos de entusiasmo y encuentros apasionados, donde no parece haber defectos y abundan las virtudes . A medida que la relación va madurando y tenemos que enfrentarnos a las circunstancias del día a día, nos vamos volviendo más exigentes , de forma que seguimos viendo las cosas buenas pero también van apareciendo los defectos como por arte de magia; somos capaces de mostrar nuestro desacuerdo ante determinados temas, la pasión se va limitando a momentos concretos dejando más de lado la espontaneidad del principio , aunque también comenzamos a comprender más a la otra persona porque le conocemos mejor y podemos ayudarnos.

 

   Para que la pareja funcione tiene que existir un trabajo en equipo, ambos miembros tienen que contribuir para su mantenimiento, y para ello es fundamental la comunicación, comprensión y adaptación a los distintos cambios que van a ir surgiendo a lo largo de la vida en común. Esto no siempre es fácil, la relación puede pasar por crisis, y la superación de las mismas dependerá de las estrategias que utilicen para afrontarlas .

 

   La terapia de pareja trata, en primer lugar, de saber qué está ocurriendo y por qué no marcha bien la relación, y en segundo lugar, de ayudar en la búsqueda de alternativas para mejorar y /o afrontar decisiones complicadas. Por tanto el objetivo principal de una terapia es ayudar a tomar la decisión más adecuada, la cual puede ser continuar con la relación o no. Una vez conseguido esto último comenzamos a trabajar y el objetivo pasa a ser mejorar la forma en la que ambos miembros se comunican y gestionan sus problemas.

 

   Son muchos los motivos por los que una pareja puede acudir a una terapia:

• “No nos entendemos”- existe una rivalidad constante en la que cada miembro quiere llevar siempre la razón, y continuamente se ponen a prueba para ver quién gana.

• “ ¿ Nos separamos o no? “- No siempre se está seguro sobre qué es lo mejor, en este caso una terapia puede ayudar a valorar la situación de forma más realista para tomar una decisión.

• “ No funcionamos en la cama” – Los problemas sexuales deben entenderse como un síntoma dentro de la relación.

• “Él o ella no está bien” – en los casos en los que uno de los miembros de la pareja padezca un problema de ansiedad, depresión, dependencias…estos influyen directamente en la relación.

• “ Tenemos problemas con nuestro hijo”- Los conflictos familiares influyen en la relación de pareja y viceversa.

 

   Algo muy importante que hay que tener claro antes de dar el paso para iniciar una terapia, es que es cosa de dos, al igual que la relación, de forma que si pretendemos con la terapia que cambie sólo nuestra pareja y no nos implicamos en la misma es muy difícil que pueda funcionar.

 

   Así mismo la terapia de pareja, al igual que cualquier otra, necesita de un trabajo adicional tras la consulta, necesita de una práctica en casa; el psicólogo se convierte en el “ director de orquesta”, quien marca pautas y enseña, la pareja son los “ músicos”, quienes tienen que tocar los instrumentos y deben practicar.